miércoles, 20 de abril de 2016

Los pilares del templo

Hace poco se hablaba en los medios de comunicación sobre el papel de la masonería en la sociedad moderna y el periodista se cuestionaba sobre la vigencia de un método antiguo en la sociedad moderna.

¿Sería adaptable a lo moderno? ¿La masonería es un método anacrónico? ¿Los jóvenes de hoy podrían pretender ser masones?
Mujer frente al espejo
Pablo Picasso
Museo arte moderno New York
En mi experiencia pensaría que el método masónico alegórico y simbólico por excelencia, sigue estando vigente a pesar de los drásticos cambios de contexto a los cuales se ve expuesto, y de los cuales se reviste para incursionar en una modernidad de desafíos y de retos intelectuales.
El origen humanista y social de la masonería apunta hacia un abordaje particular del conocimiento y de los modelos estructurales de pensamiento que ponen al ser humano y a su dinámica social en el primer plano de estudio y de intervención, siendo la transformación personal de cada uno de sus miembros el paso fundamental para el cambio colectivo.
Mucho se habla entonces, del método masónico y de su manera singular de operar, permeando el modo en el que nos apropiamos de los conceptos y la manera en que los aprovechamos en bien de la construcción de nuevas propuestas de desarrollo. No obstante y aunque el conocimiento es evolutivo y dinámico, el método masónico continua insistiendo en una forma de aprendizaje basada en la interpretación de símbolos y rituales que persisten en el tiempo y que evocan tiempos pasados y misteriosos.
Por su parte, el aprendizaje es una construcción, en su mayoría consiente, en torno a situaciones del mundo que nos lleva a elaborar ideas de la realidad a través de representaciones, haciendo uso de las habilidades del pensamiento. Estas representaciones son los conceptos que elaboramos o replicamos y que permiten configurar modelos desde los cuales interpretamos, explicamos, predecimos, evaluamos, escribimos y creamos nuevo conocimiento para interactuar en contextos sociales y naturales.
En este aspecto debemos tener en cuenta que el conocimiento es amplio y que la profundización en ciertos aspectos y ciertas ramas de la ciencia es inevitable. Por lo tanto cada uno de los iniciados en un universo de saberes, experiencias y vivencias que hace que la estrategia metodológica deba ser flexible y adaptable a las personas y sus contextos.
Ahora bien, la controversia crece cuando se habla del tipo de acompañamiento a los iniciados en su proceso. Desde el punto de vista didáctico hay tres componentes planteados por Chevallard que conforman un triángulo donde, en los polos están situados: el saber, el maestro y el aprendiz y en su centro se ubica el conocimiento, siendo este, el resultado de la interacción de sus tres componentes fundamentales. El papel de cada uno es definitivo para llegar a un proceso de desarrollo cognitivo que pueda ser operativo en la realidad, pero ¿Cuál de los tres es el más importante? Teniendo en cuenta que 1. El saber puede ser tan complejo o tan simple que el aprendiz podría confundir el camino a su abordaje 2. El maestro puede influir de diversas maneras sobre el proceso de aprendizaje y puede sesgar el descubrimiento de lo esencial y 3. El aprendiz podría iniciar su formación sobre bases poco estructuradas y en ocasiones erróneas.

He aquí el secreto de un método antiguo en una sociedad moderna.
La masonería ha explorado diversas formas de dinamizar este triángulo, común otras formas de aprendizaje, y ha intentado crear un camino hacia la transformación del saber en conocimiento colectivo, útil para la propuesta de desarrollo que trae implícito un método poco neutral en aspectos políticos, sociales y de acción para un mejor futuro.
El papel del maestro masón en esta estrategia de aprendizaje del conocimiento está enfocado en coadyuvar en el proceso de apropiación de la simbología como medio de racionalizar los fenómenos humanos y su impacto en el contexto propio y grupal, siendo determinante en el fortalecimiento de las columnas.
El grado de maestro implica responsabilidades inherentes a su mismo nombre, ya que denota el dominio de algunos conceptos, ideas, técnicas, destrezas, que le hacen un referente dentro de los demás hermanos del taller. Podría decirse que debe convertirse en un modelo y un ejemplo al cual seguir, lo cual no solo obliga al conocimiento, si no a un profundo compromiso de perfeccionamiento continuo, de exploración de sus capacidades, de autorreflexión y de desarrollo personal.
Aunque se llama maestro y aunque este cerca al calor de oriente, seguirá aprendiendo hasta el final.
Por su parte el compañero, seguro de haber transitado a conciencia el primer escalón, traza su camino y se ayuda de las herramientas simbólicas que le fueron confiadas, siendo un valiente peregrino hacia la luz de  la verdad; no obstante aun sus pies son tiernos y podría herirse tratando de develar su verdadero propósito. Aunque pule con ímpetu la piedra brutal y la moldea sin cesar, este caminante aún necesita una brújula que determine su mejor opción de ruta.
Las tres gracias
Pedro Pablo Rubens
Museo del Prado
Aunque es un obrero calificado, seguirá aprendiendo de su maestro.
El aprendiz camina entre tinieblas y aunque vio la luz al iniciarse, esta se tornó difusa, la bruma cubre entre velos la verdad haciendo que la luz de oriente sea apenas una pobre antorcha sofocada, sus pasos titubeantes apenas son el preludio de la fuerte marcha que será su paso futuro por la logia. Camina con determinación pero sin rumbo, sin vela y sin norte; necesita ayuda entre los símbolos y los ritos ancestrales que están por todos lados.
Aun con su determinación, el aprendiz se podría perder en el camino.

El aprendiz camina dando tumbos luego de su renacimiento de Deméter o Isis, lleva consigo el mallete y el cincel seguro de que podrá hacerse victorioso en la búsqueda de la verdad. En ocasiones un extraño lo acompaña, pero poco se fija en él, parece un viajero que atraviesa el mundo lleno de recuerdos y de herramientas  que encuentra en sus viajes. Un día ambos encuentran una luz a la cual seguir, es pequeña y lejana, pero poco a poco se torna más grande, tanto que hasta calienta sus corazones y sus espíritus, es un maestro con la porción de luz que logro tomar de oriente.

Es alguien confiable a quien seguir.
Más adelante hay más luces, son más maestros que también viajan buscando nuevos horizontes, nuevas luces, nuevos tonos y nuevos encuentros.
La masonería sigue vigente porque su método está vivo, porque está hecho de manos y de corazones que por momentos de afinan y vibran en un mismo acorde, ese momento es el encuentro en logia, el encuentro con el secreto masónico.
¿Lo descubriste?

Es mi palabra 

GGC
M:.M:.